Debemos evitar
las etiquetas porque no hay medicinas buenas y malas, no existen las medicinas
alternativas,
existen medicinas que funcionan.
Por eso planteamos abiertamente que la
medicina del futuro debe ser la medicina integrativa.
Que las propiedades terapéuticas de las plantas eranutilizadas por el hombre hace miles de años es algo sobradamente conocido. Que nuestros antepasados ya sufrían ardor de estómago, también; y que no les daban durante toda su vida inhibidores de la bomba de protones (omeprazoles) es evidente.
Por eso a D. Miguel de Cervantes no
le crecían los pechos, ni retenía
líquidos, ni se le entumecía la mano
que le quedaba para escribir, ni
tenía el hígado hecho una pena, al
menos por este motivo. Alguien como
el buen Sancho, entre gigante y molino, le recomendaba tisanas de manzanilla romana (Anthemis nobilis) con regaliz (Glycyrrhiza glabra) y rabo de gato
(Sideritis angustifolia), incluso a
lo mejor añadía malva (Malva sylvestris), llantén (Plantago major),
milenrama (Achillea millefolium), caléndula (Calendula
ofjicinalis), ulmaria (Filipendula
ulmaria) e hinojo (Foeniculum
vulgare). Miles de años de sabiduría
y tradición sanadora indicaban que estas plantas funcionan cuando te
queman las tripas en la lucha contra gigantes violentos. Aunque no
sabían por qué.
Hoy
sabemos que estas plantas están compuestas por ésteres
alifáticos y terpenos. Que la manzanilla contiene además lactonas
sesquiterpénicas de tipo germacranólido, que son sustancias
amargas, principalmente nobilina y otras como guayanólido,
otros flavonoides, compuestos fenólicos como cumarinas, etc.,
además que la glicirrina del regaliz tiene probada
capacidad antiulcerosa. También
hoy sabemos que no hace falta inhibir nuestra maravillosa bomba de protones de por
vida. ¡Qué barbaridad! Pero dejemos el reflujo gastroesofágico, porque todo esto es sólo un
ejemplo y en otro momento podemos hablar del ibuprofeno (y los AINES en
general), de lo que se prescribe en medicina alopática
para el colesterol o de los antihipertensivos...
La cuestión es que
debemos evitar las etiquetas porque no hay
medicinas buenas y malas, no existen las medicinas alternativas, existen medicinas que funcionan. Las medicinas biológicas y naturales funcionan mejor
que la medicina alopática para ciertas patologías y peor para otras. Por eso planteamos abiertamente que la medicina del futuro debe ser la medicina integrativa, o más correctamente
la medicina integradora, capaz de pensar de
verdad en el paciente y no en vender
pastillas ni plantas innecesariamente. Capaz de atajar una crisis aguda de manera
alopática y proponer un seguimiento
integrador que incorpore propuestas de salud y productos naturales. Evitemos etiquetas, por favor, y pensemos en los pacientes. La medicina convencional oficialista y la medicina natural biológica necesitan
unirse porque son complementarias y crear de una
vez por todas la medicina integrativa.
Los
enfoques terapéuticos y conceptuales de cada tipo de medicina no son tan
antagónicos como algunos quieren plantear. La medicina
convencional practica la alopatía porque busca actuar por los
contrarios y en base a ello para el ardor de estómago utiliza
inhibidores de las secreciones ácidas, o para
una alergia usa antihistamínicos. La
medicina natural adopta una visión global del paciente y una terapéutica holística,
no es sólo sintomática y busca
intervenir en el origen de la
disfunción. Cada persona es única a
efectos de diagnóstico y terapia, pero este axioma también es asumido por la medicina
alopática. Las diferencias no están en los
tipos de medicina sino en quienes
las practican de manera excluyente.
Algunos acusan a las medicinas
naturales de ser excesivamente terapeuta-dependientes, de manera que para un mismo caso dos terapeutas obtendrían resultados
demasiado variopintos y diferentes. Esto
puede ser algo comprensible si pensamos en un homeópata, un acupuntor, un
kinesiólogo..., actuando individualmente. Sin embargo, también puede achacarse
de la medicina alopática el ser un medico-independiente, es decir
médico-indiferente, o lo que es lo mismo protocolo-dependiente. La medicina alopática es patética cuando puede prescindir del
médico y cualquiera aplica el protocolo de dar analgésicos con omeprazol, por
ejemplo. Cuanta más tecnología y protocolos, menos comunicación con el paciente.
Y esta comunicación es algo imprescindible en medicina, en la auténtica
medicina humanista.
En
el principio fue la fitoterapia, luego vino la química de síntesis y si somos coherentes conduciremos el futuro hacia la medicina integrativa. Desde nuestros orígenes todas las civilizaciones han utilizado las plantas para tratar enfermedades.
Actualmente la cifra más consensuada a nivel
internacionales que el 80% de la
población mundial utiliza para algún
propósito hierbas medicinales. Esto
supone más de 5.300 millones de
personas. Demasiado mercado, demasiado goloso para los fabricantes de pastillas, los registradores de moléculas. El
problema es que la manzanilla o la valeriana no se pueden registrar y además
tienen cientos de moléculas. Por lo tanto, lo mejor es prohibirlas,
satanizarlas, desprestigiarlas.
La salud es un
todo. La salud en sí misma es un
concepto holístico o integral porque el ser humano no es un mecano. Por ello la medicina que venga debe ser holística, como es la fitoterapia
moderna, porque
no sólo busca aliviar síntomas sino
que pretende fortificar el organismo,
desintoxicar, depurar un todo
interrelacionado, buscar las causas
originarias de la enfermedad. Eso no lo hacen las pastillas. La medicina alopático-oficialista
ha mostrado claramente su incapacidad para
tratar -eficazmente las enfermedades
crónicas. Esto es medicina basada en
la evidencia, en la evidencia de que no
saben qué hacer, en la evidencia de que el traumatólogo te receta analgésicos de
segundo escalón y él va luego al osteópata.
Afortunadamente los pacientes cada vez demandan con más energía tratamientos
naturales, no invasivos y recelan con razón de la toxicidad de las pastillas
que tan alegremente
les son recetadas.
Los pacientes se están dando cuenta de la situación y reclaman una medicina que unifique
los criterios anteriores, una medicina
integrativa que sea capaz de ofrecerle opciones terapéuticas óptimas en su
situación. El paciente estará cada
vez mejor informado y buscará médicos formados
La medicina alopático-oficialista ha mostrado claramente su
incapacidad para tratar eficazmente las enfermedades
crónicas
con
amplitud de miras, sin perjuicios en tanto en cuanto que juicios previos acerca
de cómo van a abordar su sufrimiento y en fermedades. No se trata de agredir ni
marginar, si no de sumar en una medicina
integrativa todos los instrumentos posibles
para que el paciente se cure. Por ello la medicina integrativa,
insistimos, es una manifestación práctica del concepto holístico. Ya tenemos
hoy en día suficiente experiencia conjunta (integradora) en muchas partes del
mundo como para afirmar rotundamente
que los pacientes obtienen mayores beneficios cuando se utilizan complementariamente
ambos tipos de posibilidades terapéuticas.
La medicina debe ocuparse de
la salud, no sólo de la enfermedad. Cuando aparece la enfermedad es que ha fallado la salud y debemos tomarlo como un
fracaso de la medicina, aunque luego logre
restaurar un estado de no-enfermedad apreciable. Todos sabemos que la
salud va más allá de la ausencia de enfermedad (OMS) y el modelo médico debe
ampliar sus miras para comprender que
los pacientes tienen unas necesidades complejas que abarcan los aspectos físicos, los ambientales, los anímicos, los
psicológicos, los sociales y los
espirituales (a este respecto merecerá
la pena desarrollar el concepto de la psiconeuroinmunoendocrinología en otro número). Esto es lo que tiene en
cuneta una medicina integral holística, orientada hacia el ser humano (no al
mecano) en la que destacamos algunas premisas mas relevantes:
1. Gran relevancia a la relación con el paciente. Atención centrada en el paciente. El paciente y el terapeuta deben
formar un equipo.
2. La salud es reponsavilidad del paciente. Se le debe capacitar para liberara su propia salud. Debemos evitar
enfoques como “me sobreviene una
enfermedad y voy al médico y me la cura”. En primer lugar, la enfermedad no
sobreviene ni parece por la buenas como si no tuviéramos responsabilidad de
ello. En segundo lugar
que llegue el médico "y te la cure" corresponde a una visión
mágica de la medicina. Eso sí que es
milagroso, pero no es el camino de
la salud porque el paciente debe implicarse completamente
en ella. La medicina alopática considera la curación como algo
ajeno al paciente, algo externo que se le suministra.
La medicina integrativa busca que la curación se
produzca desde dentro del cuerpo y la mente.
3. Debemos entender
al paciente como si fuera una persona (no es broma), es decir alguien con cuerpo, mente y espíritu en un entorno concreto. Sólo así entenderemos la ausencia de salud y podremos intervenir
en ella comprendiendo todo su alcance.
¿Existe algún cáncer que no tenga parte de su origen en la mente, un desencadenante en los problemas del alma?
4. Se utilizará el
principio de
no dañar, eligiendo alternativas
naturales, menos invasivas y con menores
efectos secundarios siempre que sea posible. Es posible combinar medicamentos alopáticos contratamientos
naturales buscando la sinergia entre ambos.
Al combinar terapias médicas oficiales con terapias naturales complementarias debemos contar con profesionales formados en las distintas áreas, conocedores de los datos científicos, objetivos y contrastables, además de libres de mente y praxis, así como capaces de trabajar
en equipo.
5.
Se buscarán las causas de la disarmonía sin quedarse
en tratamientos meramente sintomáticos.
6.
Se
promoverá una medicina
preventiva, incentivando un estilo de vida saludable a todos los niveles, cuerpo y mente, capaz de impulsar actitudes favorecedoras de la salud y conducentes a fortalecer tanto nuestra mente como nuestro sistema
inmunitario.
7.
Una
correcta nutrición es la clave de una
vida saludable. Lo acepta todo el mundo y no lo hace casi nadie. Todavía muchos médicos realizan el juramento hipocrático y se olvidan de insistir en "que el
alimento sea tu medicina y la medicina tu alimento" (Hipócrates).
Todavía muchos
médicos se
olvidan de insistir
en "que el alimento sea tu medicina
y la medicina tu
alimento" (Hipócrates)
Por último también es necesario reclamar que el aperturismo integrativo alcance a los propios médicos y terapeutas que practican las medicinas biológicas y naturales. Porque no sólo deben ser capaces de integrar las ventajas alopáticas en sus terapias, sino que deberían también ser integrativos dentro de la gran
oferta existente en elmundo de las medicinas naturales
y biológicas. Debemos reivindicar la constitución de equipos
multidisciplinares que en beneficio de los pacientes sean capaces de plantear las terapias combinadas idóneas, integrando por ejemplo pastillas alopáticas
con fitoterapia y acupuntura, o bien
homeopatía con medicina ayurvédica.
Las unidades de oncología de muchos de los
hospitales considerados más serios
incluyen reíki en las terapias para
el cáncer, además numerosos sufridores de
quimioterapia se están ya beneficiando de aportaciones homeopáticas
que minimizan los efectos secundarios y malestares que padecen; éstos son muy buenos
comienzos de abordajes integrativos.
En consecuencia
hablamos tanto de equipos como de protocolos multidisciplinares. Protocolos en el sentido abierto, no en el aspecto restrictivo con que se utilizan
ahora. Estableciendo un rápido
listado de algunos de los acercamientos o líneas de actuación más
relevantes que formarían estos protocolos integrativos, podemos incluir los
siguientes:
- • Medicina convencional atopática
- • Fitoterapia
- • Medicina macrobiótica
- • Medicina ortomolecutar
- • Medicina ayurvédica
- • Nutrición, incluyendo el estudio de absorción de nutrientes: analíticas de intolerancias alimentarias, cándidas y disbiosis...
- • Acupuntura
- • Homeopatia
- • Psicologia y medicina psicosomática
- • Fisoterapia
- • Osteopatia
- • Reflexologia
- • Metodos de kinesiología
- • Reiki
- • Bioresonancias
- • Colonoterapia: hidroterapia del colon y otros
- • Magnetoterapia
- • Ozonoperapia
- • Flores de Bach
- • Y muchas otras, noessiterapia, odontología neirofocal, cromoterapia…
Tengamos una mente abierta e integrativa, por favor. La pregunta correcta
es como favorecer al paciente y no cuales de las técnicas de mi especialidad
puedo aplicar en cada caso.
Fuente: Revista Fitoterapia
Holística - José Antonio Quesada (Psicologo)