En invierno,
la naturaleza está en su estación de descanso, callada, retirada, profunda en
la tierra y las raíces, preparándose para la primavera. Es
muy probable que también tú te sientas con más profundidad dentro de ti
misma, buscando la recuperación, el descanso y el recogimiento. Es tiempo de obtener mucho descanso, buenos alimentos, relajación y sueño. El tiempo
del sueño es muy
importante para soltar y recuperarse.
El
21 de diciembre es la fecha del solsticio de invierno, el primer día de la
estación y la noche más larga.
El invierno está relacionado con el elemento Agua.
El agua está en el aire, sobre la tierra y dentro de ella y constituye una
parte importante de toda la materia viva. Es muy adaptable, toma la forma de su
contenedor y la cambia con el calor y el frío.
El agua es el medio esencial de tu cuerpo, a través
del cual pasan todas las cosas. Es importante para
funciones como la circulación de la sangre, que lleva calor y nutrición a través del
cuerpo; el líquido linfático, que ayuda a procesar y a eliminar los
desperdicios y permite luchar contra las infecciones y otros agentes extraños; y para el flujo de la orina, la saliva,
el sudor, las lágrimas y los líquidos sexuales.
Podemos
darnos cuenta de la estrecha relación que hay entre el ser humano y el planeta
Tierra, ambos estamos compuestos en un 70 o 80% de agua. De hecho, el agua
del mar es casi idéntica al plasma sanguíneo. Es el sistema circulatorio de la tierra, las nubes,
la nieve, los lagos, los ríos, corrientes y océanos forman parte de esta
circulación acuosa.
El invierno es la estación en la que domina más el
elemento agua. La vejiga y los riñones son los órganos que están
relacionados.
El poder del
invierno es profundo y yin. Es tiempo de conservar la energía y los recursos y
de no desperdiciar la energía activa y hacia el exterior, yang, Necesitas
cuidados especiales en la alimentación, el calor y el descanso.
El clima asociado con el elemento agua es frío y su dirección, el
norte. Los riñones se nutren con el
clima frío, pero la frialdad o humedad extrema puede dañarlos. Debes mantenerte
caliente y seco, especialmente en invierno, pues estos días fríos y húmedos pueden
producirnos dolor o tirantez extremos, sobretodo en la espalda.
El sabor o gusto asociado a este elemento es el
salado. En realidad, la mayor parte del agua es salada; incluso en nuestro
cuerpo, el agua contiene muchas sales minerales. Las personas a las que el
gusto salado les gusta en exceso o les disgusta profundamente, tienen un
desequilibrio con el elemento agua. Si se toma sal en exceso se crea un deseo
de agua y se pueden dañar los riñones. El exceso de sal causa retención de
líquidos, tensión alta y problemas cardíacos y renales.
El agua puede estar relacionada con las
emociones en general, pero el desequilibrio emocional específico de los
riñones, es el miedo. Este puede manifestarse en la forma de fobias
específicas; como una ansiedad general ante la vida;
también como una paranoia o negatividad, en la que siempre se espera lo peor. El
miedo puede ser causa o consecuencia del desequilibrio del agua. Una enfermedad que afecte a
la vejiga, dificultad para expresar sentimientos y sobre todo para permitirse
sentir, o a los riñones es capaz de generar un
sentimiento de miedo; y el miedo mismo puede dañar a esos órganos. En períodos
de excitación o de cambio, el que tiene un desequilibrio del agua puede reaccionar con
temblores; este temblor representa una liberación de las
tensiones y la energía del miedo. Y aunque el miedo es capaz de bloquear
la expresión del amor, el amor y la fe pueden transmutar el miedo.
Las
orejas son el órgano sensorial asociado con el elemento agua, y su sentido, el
oído. El agua es el elemento receptivo, que escucha el sonido y está abierto a la entrada de energía. Es interesante que las orejas y los riñones tienen una
forma similar, como el embrión humano. El embrión, y más tarde el feto, crece en un medio
acuoso, a través del cual viaja el sonido hasta sus orejas en desarrollo. Según
la medicina china tradicional, los problemas de los orejas o de la audición
pueden ser un reflejo de la desarmonía del elemento agua.
Se dice que los riñones gobiernan el almacenamiento
de fuerza de vida en los huesos y la
médula. Las personas con problemas óseos pueden tener un desequilibrio de
agua, mientras que un elemento acuoso saludable mantiene la forma de los huesos. Expresiones
como "lo sentí en los huesos" sugieren la relación de los
mismos con las experiencias emocionales profundas. El invierno es un
buen momento para buscar una terapia más profunda e intensa que nos ayude a llegar a esos
niveles significativos y emocionales.
El agua está relacionado también con las funciones sexuales del cuerpo: gobierna sobre
los órganos genitales y reproductores, y sobre los
orificios uretrales y anales. También está relacionado con
las secreciones sexuales y urinarias. La
salud del elemento agua afecta a la fluencia de la energía durante el acto
sexual y a la salud de la función reproductora. Los líquidos sexuales ayudan a
lubricar y proteger el esperma y el óvulo. Algunos problemas
relacionados con éstos, como la impotencia o la infertilidad, pueden estar
relacionados con un desequilibrio con el agua. El exceso de sexo y la
congestión resultante, así como la falta de expresión de la energía sexual, puede
afectar a los riñones y al equilibrio del elemento agua. Las relaciones
sexuales saludables necesitan que se dé y se reciba, yang y yin, por parte de ambos.
Por cada uno de los doce
meridianos fluye predominantemente la energía dos horas al día
en su circulación por el cuerpo. El tiempo de la vejiga es de tres a cinco de
la tarde, y la de los riñones de cinco a siete. Este período de cuatro horas del
día es un tiempo de transición, de salir de la escuela o del trabajo, y cuando
se produce el ocaso y nos preparamos para la noche. Durante este
período del día necesitamos a menudo un poco de relajación para volvernos
más receptivos. También puede ser un momento más emocional para
muchos de nosotros. Las personas que pasan por momentos difíciles a esas
horas pueden tener un desequilibrio del elemento agua, mientras que las
personas que gozan de este período probablemente son saludables en este elemento.
Todos tenemos nuestros ciclos. Muchos de nosotros
poseemos ciclos en los que se liberan
las emociones retenidas, como en las lluvias de invierno. Luego, con una
nueva conciencia y expresión de estos sentimientos, viene un verdadero
aligeramiento de nuestra energía. El agua, retenida a veces en el cuerpo junto
a nuestras emociones, puede ser causa de letargo, lentitud, irritabilidad e incapacidad de
expresarnos.
Las personas con deficiente energía del agua pueden tener dificultades
para relajarse o descansar y para
reflexionar claramente. En equilibrio, permite la fluidez,
capacidad de descansar y nutrirse a uno mismo y a los otros, de guiar la
percepción y la reflexión, y de expresar los
sentimientos, como el amor. Las
cualidades de la compasión, el entendimiento y la respuesta a las necesidades y
sentimientos de los demás se consideran a menudo como nuestro aspecto
femenino y maternal, características también del elemento agua.
Fuente: Curs refexologia a traves de les estacions, Maria Solsona