Inflamaciones, gases, presión abdominal… los intestinos
cumplen una función esencial en nuestro organismo, y más aún, de algún modo,
están relacionados también con nuestros estados de ansiedad y estrés. Son
muchos los factores que afectan a su salud, problemas que en ocasiones pueden
derivarnos incluso al conocido intestino irritable. ¿Qué podemos hacer? ¿Qué
hábitos debemos cambiar para mantener una buena salud intestinal?
1. Altos niveles de estrés
Debemos tomarlo muy enserio. El ritmo de vida que llevamos
en la actualidad, nuestras prisas, preocupaciones, nuestra ansiedad y nuestro estrés,
afecta directamente a la salud de nuestro estómago y nuestros intestinos. Hay
teorías que hablan de ellos como “el segundo cerebro”, de hecho es en ellos
donde se sintetizan algunos neurotransmisores, de ahí la suma importancia de
dar cierto equilibrio y tranquilidad a nuestra vida. Un estado alto de
ansiedad, puede derivar según los especialistas en el intestino irrritable, es
por ello que debemos tenerlo en cuenta por las siguientes razones:
Altera el Sistema Nervioso Autónomo. Influye en la correcta
movilidad de los intestinos, acelerándolos o bajando el ritmo
Altera el Sistema Endocrino. Se produce un incremento en la
producción de algunas hormonas asociadas al estrés, como la adrenalina y el
cortisol, lo cual provoca problemas en la digestión de los alimentos.
Ingesta en exceso. Es bien conocida la costumbre de algunas
personas de comer en exceso para paliar los nervios y la ansiedad, provocando
todo ello una acumulación de comida a digerir que los intestinos no pueden
afrontar de modo tan rápido. Se producen problemas de digestión y de absorción
de los alimentos.
Recuerda pues que tus hábitos de vida y tus emociones,
impactan directamente en tu organismo, en especial en los intestinos. Tómate la
vida más relajadamente, como despacio, disfruta de tu vida y de los tuyos con
tranquilidad.
2. Una alimentación inadecuada y errónea
2.1 Evita alimentos fritos, procesados, comida rápida y alta
en grasas
Hamburguesas, patatas fritas, pollos fritos con excesivo
aceite, pizzas, aros de cebolla… todos sabemos reconocer la comida basura, sin
embargo, en muchas ocasiones recurrimos a ellas por falta de tiempo o,
simplemente, porque nos gusta. Pero ¿Cuántas veces te ha ocurrido por ejemplo
que, al cabo del rato de ingerirlas sufres dolor de estómago o de tripa? Estas
comidas apenas disponen de fibra soluble, así que cuando se consumen en exceso,
estimulan el tracto intestinal y pueden causar tanto diarrea como
estreñimiento.
Consejos: Usa el
horno para cocinar ya que de este modo utilizarás menos aceite. Cuando prepares
verduras por ejemplo, es ideal hacerlas al vapor. Y en cuanto al aceite más
saludable que podemos utilizar, recuerda que es siempre el aceite de oliva.
2.2 Evita las carnes rojas
¿Por qué debemos evitar las carnes rojas? Principalmente por
que son difíciles de digerir, son muy altas en grasas y en muchas ocasiones no
conocemos su origen. Es común que se alteren genéticamente a los animales para
que crezcan rápido, originando así una carne llena de toxinas que no son nada recomendables.
Consejo para su Salud: La carne más recomendable es aquella
que es magra, como por ejemplo la carne de pollo o de pavo. Cuando la
adquieras, investiga su origen, dónde han sido criados los animales. Y cuando
los cocines, evita freírlos. Es mejor prepararlos con sencillas recetas a la
plancha o al horno.
2. 3 Evita los lácteos
Los lácteos son otro alimento detonador del síndrome del
intestino irritable. En general muchos productos lácteos nos sientan mal, no se
digieren con facilidad y carecen de fibra. Disponen además de grasa y lactosa,
causantes de serios problemas digestivos, que nos pueden producir tanto
diarreas como estreñimientos. Mejor evita los lácteos siempre que puedas.
Consejos para su Salud: Es sencillo, no tienes más que
reemplazar la leche de vaca por
sustitutos naturales y saludables como la leche de avena, la leche de
arroz, la leche de almendra, o de nueces o incluso de pistachos. Son fáciles de
encontrar en los supermercados, e incluso las podemos elaborar nosotras mismas.
Vale la pena intentarlo.
3. El uso de algunos medicamentos
Hay muchos estudios que nos explican que diversos problemas
de salud presentes en nuestros intestinos, como puede ser por ejemplo el caso
del síndrome del intestino irritable, está relacionado con el uso de los
antibióticos. Es más, hay muchas personas que han comenzado a desarrollar esta
enfermedad justo después de haber padecido una infección severa. El uso elevado
de este tipo de medicamentos daña directamente a nuestros intestinos.
Pero ¿cómo puede ser? te preguntarás. Los antibióticos no
distinguen entre bacterias buenas o malas, su función es básicamente la de
acabar con cualquier microorganismo que se encuentre ante él, de ahí que
origine graves desequilibrios en nuestra flora intestinal.
Pero hemos de ir con cuidado, porque nos puede ocurrir lo
mismo con otros medicamentos como los que utilizamos por ejemplo para el
estreñimiento o la diarrea, siempre es mejor en estos casos recurrir a remedios
naturales antes que a los fármacos. De todos modos, y para estar más
tranquilos,consulta siempre con tu médico para que te de su opinión y te hable
de los efectos secundarios de los medicamentos que nos tomamos.
Fuente: www.mejorconsalud.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario